Ucrania, la guerra que nunca debió de ser

Las naciones no tienen sentimientos, solo intereses. Durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962, el presidente Kennedy advirtió que no dudaría en utilizar armas nucleares si era necesario, ya que la Unión Soviética había instalado misiles nucleares a solo 144 kilómetros de las costas estadounidenses. Afortunadamente, la diplomacia prevaleció y, tras unas tensas negociaciones, el líder soviético Nikita Khrushchev acordó desmantelar los misiles a cambio de la promesa de Kennedy de no invadir Cuba y de retirar misiles estadounidenses de Turquía.

Ucrania, la guerra que nunca debió de ser
Este momento histórico puede extrapolarse a la situación actual entre Rusia y Ucrania. Si Ucrania ingresara en la OTAN, ¿qué impediría a la organización atlántica instalar misiles nucleares a pocos kilómetros de Moscú? Rusia ha advertido en numerosas ocasiones que esta es una línea roja que no permitirá que se sobrepase. Sin embargo, Ucrania ha continuado con sus planes de ingresar en la OTAN, lo que, junto con los constantes bombardeos del ejército ucraniano contra los territorios rusófonos del Donbás, ha colmado la paciencia de Rusia.

Desafortunadamente, los líderes actuales, especialmente los de la esfera atlántica anglosajona, no están a la altura de los líderes de aquella lejana crisis de los misiles. En lugar de apagar los fuegos, parecen más interesados en echar gasolina. Un ejemplo de ello es la forma en que dinamitaron los acuerdos de paz que se firmaron entre Ucrania y Rusia en Turquía al inicio de la guerra. Si los líderes occidentales, y más concretamente Boris Johnson en representación de todos ellos, no hubieran hecho fracasar el acuerdo, se habrían podido evitar cientos de miles de muertos.

Ucrania, la guerra que nunca debió de ser
Meses después y cientos de miles de muertos más tarde, Ucrania está a punto de capitular. La propaganda no gana las guerras. Se dijo que la economía rusa se derrumbaría debido a las sanciones, pero hoy en día crece más que la media de los países europeos. Se dijo que el ejército ruso era precario y que utilizaba chips de lavadora para su chatarra militar, pero la verdad es que Rusia dispone de misiles hipersónicos imposibles de derribar, ya que no hay nada que pueda contrarrestarlos.

Al final, ¿quién se ha beneficiado de esta guerra? ¿Quizás quienes la provocaron? La industria armamentística no hace más que subir en la bolsa. ¿Para quién gobiernan entonces los políticos actuales, para el pueblo o para el beneficio del complejo militar-industrial? Son tan descarados que ni siquiera lo esconden. Hay declaraciones grabadas de políticos estadounidenses reconociendo que la guerra de Ucrania "es un gran negocio", un gran negocio solo para algunos, porque mientras algunos se enriquecen, el país se cae a pedazos.


Además de los cientos de miles de soldados muertos en el frente, los grandes perjudicados de todo esto son la Unión Europea y, especialmente, Alemania. El hecho de actuar como palanganeros de Estados Unidos ha llevado a Alemania a su peor situación económica en décadas, con inflación y fuga de empresas. Alemania compraba gas ruso a un precio muy bajo a través de gasoductos como el famoso Nord Stream, hoy destruido por los sospechosos habituales. Ahora tienen que comprar gas licuado al "amigo" estadounidense al triple del precio que antes, lo que es simplemente demoledor para su industria. Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?

Ucrania, la guerra que nunca debió de ser

Mientras tanto, los rusos siguen avanzando imparables en el frente y no pararán hasta llegar al Dniéper y quién sabe si también hasta Odessa. En Moscú, se exhiben tanques Abrams y Leopards víctimas de misiles rusos como trofeos, mientras que Ucrania ha tenido que aprobar una ley de reclutamiento forzoso que rivaliza con Corea del Norte ya que no les queda carne para enviar a la picadora.

Malditas sean las guerras y los líderes esclavos de los grandes fondos, títeres vendidos al frío capital que solo tiene ojos para las plusvalías. Para ellos, somos peones sacrificables en pos del beneficio. No cesan de infundir miedo con la amenaza rusa y de hablar de la necesidad de rearmar Europa y de reintroducir el servicio militar obligatorio. Líderes esquizofrénicos que pretenden incendiar Europa nuevamente. Es hora de decir más alto y más fuerte que nunca: ¡NO A LA GUERRA!
No sacrificaremos a nuestros hijos por vuestros intereses espurios.

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